La puerta del dormitorio de Mónica está cerrada y no se escucha ningún ruido.
Pensé, duerme, duermen o no hay nadie.
Abrí.
Me impactó la luz en los ojos, la ventana había quedado abierta del día anterior. Todo estaba en orden, tanto, que por primera vez me ví tentada a entrar.
Me gustó lo que ví, su estilo impreso en cada detalle.
Entonces me acordé de lo que dijo unos días antes, cuando me abrió las puertas de su casa como quien combida con un caramelo.
- Estás son tus llaves, ya sabés, yo soy como una vitrina ambulante, quién se anime a verme disfrutará de los trofeos de cada batalla. Mientras, yo sigo en pie de guerra, lo cual puede ser contraindicado para personas sensibles. Avisada estás y bienvenida.
3 comentarios:
Me gusta el estilo de quién avisa desde el principio.
Si las cosas estan claras solo se engaña quién quiere.
Nada mas generoso que ofrecer las llaves de la propia casa.
También creo que rondar cerca de las andanzas en pie de guerra de Monica será excitante.
Me gusta, mucho, esa cama.
Los labios parecen una promesa.
El miedo a las contraindicaciones son para los cobardes ;)
El corazón siempre quiere emociones.
Besos enormes
Quien avisa no traiciona. Un beso.
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