sábado, 9 de julio de 2011

Haciéndote mohines.

Ya te lo he dicho, y me gusta decírtelo tantas veces como pones esa cara de "Anda, dilo, despacio y haciendome mohines" y te digo, mientras entra el sol como cañitas por las hendijas de la ventana, que me gusta ronronearte despacito, desde los pies, subiendo, enredando mi legua por entre tus terribles piernas. Y me gusta arrastrar mi piel por entre la tuya, haciendo que tus vellos me raspe, y hacer mohines con mi trompa que tu no puedes ver, pero imaginas, por que aun voy por tus rodillas y tu comienzas a arquearte de placer, casi sin respirar, hasta que una bocanada libera el deseo que a mi me gusta provocarte hasta que ya no puedas mas. Me gusta, así, y aunque parezca que te torturo, por que me gusta torturarte.



3 comentarios:

Darío dijo...

Y descreo que alguien abomine de estas torturas, que a mi más me parecen "cosas de mieles" diría Maritornes en el Quijote. Ufffffffff...

Recomenzar dijo...

Me encantó tu blog Te sigo leyendo

guille dijo...

Yo creía que era el unico masoquista que se dejaba torturar.